Huesos

No mires como sabiendo algo.
Acá estamos seguros de que nadie,
puede entrar a romper ese futuro incierto.
No corrompas la tristeza,
ni revuelvas verdades.

No me dejes en latas,
la canela de tus miradas,
porque de los sentidos, el de tus olores,
me vuelve poca.

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Soysacordes de posludio.
Hoy me permito canciones.
Y una prisión que no es mía.
Y el fantasma tuyo.
El rayo de la tormenta.
Quisiera saber tu nombre.
TU LUGAR, tu dirección.

A Sui.

el viejo truco de andar por las sombras

La temperatura adecuada.

No se si puedo.
Si en algún día te digo ausencia.
No me perdones.
Porque ese decir, no busca el perdón.
Ese decir busca decir que en el encontrarnos,
también vive el buscarnos.

Busquémonos cerca.
Bien de cerca, pero siempre perdidos.

Bienvenido.

De uñas rojas.

Y Luca dice:
"Es extraño como el pasado siempre parece lindo,
mientras que el presente me cansa
y el tiempo, el tiempo, el tiempo...
me aplasta, como te aplasta a vos...
y la distancia y lo que dijiste, yo sé que no fue verdad."

No me dejes morir rodeado por lo gris.
Otro día. Dentro del tiempo.

La pared

20 de marzo,


A esos días los llamo
tiempo dentro del tiempo.
Y en esos días me dan muchas ganas
de estar con alguien,
un extrañar algo.
Presiento que con él,
podría compartir ese tiempo dentro del tiempo,
hacerlo más.
Algo que se que es cierto.
Nos conocemos con un único sentido, la sangre.
No es un sentido, pero es una forma de visualizarlo.
Se llama tribu.
Se llama rojo.
Me gusta llamar, me gustan los nombres de las cosas.

Me dió el mapa.
Tenía un almacén en la calle Rodney.
Chacarita.
1950.
Cuando el nieto iba a visitarlo le regalaba puchos y dulce de batata.
Todavía le encanta el dulce de batata.
Si lo pide, se le ilumina el alma.
Lo lleva.

Crió canarios después.
Antes escultor.

Escuchamos.

Miles tiene un saquito a lunares.
Lunas.
Decidimos que hoy me paseaba.
Me llevó hasta Rodney.
Lo visitamos a Don Diamante.
Cuando Serú me pasea, es esa trompeta.

Si pudiera hablar con vos.
Qué diríamos.
Qué nos diríamos.
Contame de ese dolor.
Ese, el de crear.
El de ser un elegido de la muerte.
Choose life.
Esa cadencia.
Esa repetición.
Negro infinito.

Mi bisabuelo un músico de la arcilla.

39 grados

Me duermo,
me despierto fuego,
sueño sudor.
Despierto agua.

Cuando vuelvas,
te voy a dar las horas.
Son todas tuyas.

El cuerpo y el síntoma.




Día 2

Tengo mucha fiebre.

Tengo que estar en la cama.

Me aburro.

Mi abuelo decía una semana con remedios,

7 días sin remedios.

Mi perro me hace compañía.

Enfermero natural.

Cuando trago es el infierno.

Garganta con arena,

gracias Polaco.

Volveré.


El retoque final | Fragmento

O querrías más bien no haber mirado nunca el alevoso rostro,
no haber visto jamás al que no fue.

Porque sabes que al final de los últimos fulgores, de las últimas nieblas,
habrá de desplegarse, voraz como una plaga, otra vez todavía,
la inevitable cinta de toda tu existencia.

Él pasará otra vez en esa ráfaga de veloces visiones, de días migratorios;
él, con su rostro de antaño, con tu historia inconclusa,
con el amor saqueado bajo la insoportable piel de la mentira.

Olga Orozco

Soleá de libertad

y hoy dibujo en mi cuerpo un traje de lunares
hecho de hiel y fuego
días migratorios

Sacudir la quietud

Estas formas previas de continuidad, todas esas síntesis que no problematizamos y que dejamos en pleno derecho, es preciso tenerlas, por lo tanto, en suspenso. No recusarlas definitivamente, sino sacudir la quietud con la cual se las acepta; mostrar que no se deducen naturalmente, sino que son siempre el efecto de una construcción cuyas reglas se trata de conocer y cuyas justificaciones hay que controlar; definir en qué condiciones y en vista de qué análisis ciertos son legitimas; indicar las que, de todos modos, no pueden ya ser administradas.

Michel Foucault (1926-1984). La arqueología del saber. 1970. Traducción: Aurelio Garzón del Camino.

Un regalo de Azorafa

La mujer más hermosa.



Versión Original "a mi me quiere la vida"


Part of me
Has Died
And won't return
And part of me
Wants to hide
The part that's burned

Once, once
Knew how to talk to you
Once, once
But not anymore

Hear the sirens call me home

Part of me
Has vied
To watch it burn
And the heart of me
Has tried
But look what it's become

Once, once
I knew how to look for you
Once, once
But that was before
Once, once
I would have laid down to died for you
Once, once
But not anymore.

El lago sagrado




Hace mucho tiempo, el lago Titicaca era un valle fértil poblado de hombres que vivían felices y tranquilos.
Nada les faltaba; la tierra era rica y les procuraba todo lo que necesitaban. Sobre esta tierra no se conocía ni la muerte, ni el odio, ni la ambición. Los Apus, los dioses de las montañas, protegían a los seres humanos.
No les prohibieron más que una sola cosa: nadie debía subir a la cima de las montañas donde ardía el Fuego Sagrado.

Durante largo tiempo, los hombres no pensaron en infringir esta orden de los dioses. Pero el diablo, espíritu maligno condenado a vivir en la oscuridad, no soportaba ver a los hombres vivir tan tranquilamente en el valle.
Él se ingenió para dividir a los hombres sembrando la discordia.
Les pidió probar su coraje yendo a buscar el Fuego Sagrado a la cima de las montañas.

Entonces un buen día, al alba, los hombres comenzaron a escalar la cima de las montañas, pero a medio camino fueron sorprendidos por los Apus.
Éstos comprendieron que los hombres habían desobedecido y decidieron exterminarlos. Miles de pumas salieron de las cavernas y se devoraron a los hombres que suplicaban al diablo por ayuda. Pero éste permanecía insensible a sus súplicas.

Viendo eso, Inti, el dios del Sol, se puso a llorar. Sus lágrimas eran tan abundantes que en cuarenta días inundaron el valle.
Un hombre y una mujer solamente llegaron a salvarse sobre una barca de junco.
Cuando el sol brilló de nuevo, el hombre y la mujer no creían a sus ojos: bajo el cielo azul y puro, estaban en medio de un lago inmenso. En medio de esas aguas flotaban los pumas que estaban ahogados y transformados en estatuas de piedra.

Llamaron entonces al lago Titicaca, el lago de los pumas de piedra.

Bolivia · Copacabana




Gracias Feli (FEVIVA) por tu mirada.