Te cuento un cuento de Babalú

Por Eduardo Galeano

…Ella nunca más pisará, lo sabe, este lugar donde ha sido feliz. Esta es la única clase de peligros que realmente teme: estará prohibido mirar, prohibido retroceder hacia este tiempo que ahora se está terminando y hacia este casco de una hacienda en ruinas.
…Él sigue durmiendo. Es raro que duerma tanto. Nunca puede dormir más de un par de horas, y hasta eso le resulta difícil, por culpa del maldito zumbido que no se le apaga nunca en el centro de la cabeza. La camisa de él, abierta sobre los pechos de ella, parece un camisón de fantasma; le llega casi a las rodillas. (…) Ella piensa que le pedirá que le deje la camisa. No, un regalo no, no te pido que me la regales: quiero tenerla, pero que siga siendo tuya.

…Abre la boca pero ella se adelanta y, sin mirarlo, dice:
Ya sé que te vas. Sé que te vas hoy, ahora.

Él se asombra. Lo había olvidado. Es increíble. La voz baja, casi ronca, de ella, suena a noticia, no a reproche. Pero, ¿realmente lo había olvidado?

… — Soñé con un pájaro gigante, que llevaba una ciudad adentro. El pájaro subía y subía y… 
Ella mueve la cabeza, los ojos tristes, la boca contenta. Hay tantas cosas que quisiera decirle.
— Vas a enfermarte, ahí, en la ventana.
Decirle: desde que te conozco, todos me encuentran cambiada. Decirle: quiero tenerte como tengo mis piernas o mis manos. Decirle:  ya sé que también para ti será difícil. Pero yo no sé lo que quiero ni para qué nací, para que estoy hecha, por qué…
Y simplemente comprueba, sin el menor dramatismo:
— Yo sabía que te ibas a ir.
Él frunce las cejas, no dice nada. La mira. Quisiera lamerla, como a un helado. Nunca había sentido, con nadie, lo que siente con ella. ¿Será posible ahora volver a ser nada más que la mitad de algo?

…Me vuelvo para pelear contra la corriente, podría decirte, aunque no vea todavía la costa. Y aunque nunca, nunca, vea la costa. Llevo años en esto, y todavía le debo a esto todos los años que me quedan. ¿O decirte cuál ha sido el nombre con el que nací, darte una señal de identidad anterior a tantos pasaportes falsos y a tantas fronteras atravesadas? ¿Para qué? Tú misma me contaste que entre los indios del Alto Orinoco está prohíbido mencionar a los muertos: ellos sí son sabios, dijiste. No vale la pena. Ni pedirte que me esperes, aunque me muera de las ganas, volveré a buscarte, no dejes de esperarme, nunca, pronto, cuándo: volveré y… llegarán otros hombres, ella los amará: está certidumbre le pasa por la cabeza como la sombra del ala del pájaro gigante con el que había soñado. Le pasa por la cabeza y le duele. Tramposo, se acusa. Se siente inútil. Todo se hace tan difícil. Irse, ¿es un deber o una estafa? Piensa que será duro partir y duro vivir sin ti: matarte en la memoria, para que no me duelas. ¿Podré? Y ella, como si lo hubiera escuchado pensar, piensa que lo odia porque él podrá…
Vagamundo y otros relatos

La pequeña muerte

No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele.

Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace.
El libro de los abrazos

Intuición




Me llevó a vos,
me hace estarte.
Tocar, ser.
Te pido unfavor
no caigas,
no te dejes.
Porque me di cuenta
de cosas.
Las querrás saber.
Te las cuento,
mío.
Me di cuenta,
cuenta.
Sin menor esfuerzo.
Los momentos más fascinantes,
son estos.
Con capas, sin.
Riesgos.
Pelearte me acerca.
Amarte.
Poner en juego desde las palabras.
Desde el primer cruce.
De lo que quieras.
Estoy.

La silla de tu jardín


De rojo

Cada día más lejano.
Todo en una sensación nueva.

Baila en ronda
pintando de rojo
la tierra y sus pies.

Ritual de fortaleza.
Agua con textura suavecita.
Se siente recién nacida.

Las manos

Yo te he visto en el pasado.

Carlos sigue trabajando, ahora juntos.

Mi bisabuelo.

de la gente y su manual 
de las cosas que nunca fueron 

SG

El origen del viento


La vigilia. La arena movediza. Lo sombrío. La mano licuando torrentes de tela. El viento. El oído. La pared. Los párpados. Las frases insomnes de turbio rocío. El cuarto. Las estrellas. Los trinos. La arena movediza. Lo sombrío. Habrá olvidado el sol algún pájaro. La pupila. Los grillos. Las teclas sumisas del sueño cautivo. Los espectros. Las hendiduras. Los profundos espantasueños. La pluma. La arena movediza. Lo sombrío. La ceniza despedida en un respiro.

Alejandro Pinto
http://el-origendelviento.blogspot.com.ar/

Smile

Hoy Domingo

El rojo,
ese tiempo.
Hoy domingo,
no te extraño.
Más.
Te siento.

Van a pasar tantas voces.
Cuando nos volvamos a tocar.
Otros tactos.
Siempre fue así.
Cada uno con su labor.
Esperando.

Risas anoche

Mirame fijo
y repetilo.
Bla, bla.
Despierta.

19 de julio | Humano 13

Humano es el camino de los cambios, de la evolución y de las grandes quimeras espirituales. ¿Quién dijo qué era fácil? Acá esta el humano para recordarnos que nada es gratuito y que los mejores logros se obtienen por tolerancia, desapego y aceptación.

El 13 es el nirvana, la iluminación y la plena certeza de que estamos en camino hacia el gran despertar de la conciencia.
Es el cambio de ciclo, de dimensión, de estado de ánimo. Genera apertura y trascendencia. Es el número de la felicidad y la alegría. Los aspectos compasivos.

Trip

Cada vez que haces la mochila,
no sólo guardas cosas, ropas, etc.
Guardas momentos nuevos.

¡Abierto por vacaciones!

Regalo de Seba D. 

Ventana sobre una mujer (III)

La confundiré con otras. 
Le buscaré el nombre y la voz y la cara. 
Le sentiré el olor en la calle. 
Me voy a emborrachar y no me servirá de nada, 
pensé, y supe, como no sea con saliva o lágrimas de esa mujer.

Las palabras andantes - Eduardo Galeano

La forma

Tengo vino.
De ese que te despierta poesía inmediata.
Que se te mete en las venas,
revoloteando.

Fruta, sol, tierra y tiempo.
Caricias.
Cuidado.
Lo tengo en la sangre.
Ahora.
Me pide hablar.

Me dejo.
Dice que te diga.
Que si.

Un medium.
Alcohol divino y natural.

Las arterias de terciopelo,
quieren SER TOCADAS POR PRIMERA VEZ.

No llegamos hasta ahí.
O sí.
O qué.

María Gabriela


Soy mi mejor composición.
Mi mejor dibujo.
Mi mejor color.
Me elegí.
Qué lindas.


Cuando te inventas.
No es lo mismo que vivir a secas.
Sabes qué no.
Un romance extraño.
Que hermosa.
Resolviendo.
Viendo.
Escuchando.
Ojos vivos.
Ganas de amor.


Todo está por venir.
Siempre.
No le tiene miedo a nada.
Sólo a una especie.
A esos seres invisibles.
A tracción de sangre.
Sale el sol.
Viven.
Pero no llegan.

Alejandra


6.
ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe


él debe ser la música
qué nunca
hiciste

Pulso de luz

Una señal.
Advierte.
Marca.
Ayuda.
Llegar.


Un pulso. Vivo.
No estás a la deriva.
Te cuida.
Te recibe.
Un camino.


Me regalaste un faro.
Me estás iluminando.
Ahora,
ahora no.
Ahora,
ahora no.


¿Cómo agradecer esta luz?
En los faros hay verdades.
Antiguas.
Resueltas.
Ese llegar.