Diarios de Alejandra Pizarnik | 29 de Mayo | Paris

Sin saber cómo ni cuando, he aquí que me analizo. Esa necesidad de abrirse y ver. Presentar con palabras.
Las palabras como conductoras, como bisturíes.
Tan sólo con las palabras.
¿Es esto posible? Usar el lenguaje para que diga lo que impide vivir.
Conferir a las palabras la función principal.

Ellas abren, ellas presentan.
Lo que no diga será examinado.
El silencio es la piel, el silencio cubre y cobija la enfermedad. Palabras filosas (pero no son palabras sino frases y tampoco frases sino discursos).
Imposibilidad de fraguar símbolos. De allí la imposibilidad de escribir obras de ficción.

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